Rosan Bosch iba a dejar a sus niños cada mañana al colegio y regresaba con preocupación. “Sentía que mis hijos estaban perdiendo su motivación, su creatividad, sus ganas de experimentar”, cuenta la diseñadora holandesa en su relato para BBVA https://www.youtube.com/watch?v=y4z2FZHZnSc) . Así fue como en un acto heroico de salvarlos se le ocurrió comenzar uno de los proyectos más potentes que cambiaría el rumbo de su vida, la de su carrera, la de sus hijos y las futuras generaciones.
Convencida de que el aprendizaje no se daba adecuadamente con los niños sentados en sus asientos, y utilizando la arquitectura, el diseño y el arte, Rosan revolucionó el mundo escolar. Su primer experimento lo hizo en una escuela pública de Gentofte, un pueblo cercano a Copenhague. Sentó a los niños en el suelo y juntos realizaron diversas actividades dinámicas. Pegaron post it debajo de las mesas con ideas, entre otras iniciativas creativas. Al cabo de la jornada, los niños no querían irse.
Consciente de que cada uno de nosotros es distinto y que capta el mundo de manera diferente, es que Rosan se apoyó de colores diferentes y materiales variados para diseñar los espacios de aprendizaje. Es así como surgen proyectos emblemáticos como la escuela Vittra Telefonplan en Estocolmo, Suecia. Como explica Rosan, “un profesor puede dar su clase dentro o encima de un gran iceberg que contiene un cine, plataformas y espacio para jugar. Puedes quedarte absorto trabajando en uno de los flexibles laboratorios o ponerte manos a la obra con un proyecto de robótica. Los alumnos pueden hacer trabajos en grupo bajo un árbol en el área central, pero también charlar y descansar”. Y luego añade: “el entorno ha sido estratégicamente concebido para dar lugar a situaciones de aprendizaje donde los alumnos puedan trabajar con medios digitales – ya sea de pie, sentados o estirados en el suelo”.
Los ejes claves para diseñar espacios de aprendizaje
Esta diseñadora graduada de Bellas Artes funda 6 principios bajo los cuales se guía para construir espacios donde se mantiene viva la motivación. “Nuestros diseños de espacios se basan en seis principios que conectan situaciones de aprendizaje con el entorno físico. Cada uno define una constelación para la concentración e interacción”, explica quien hoy lidera un estudio propio integrado por arquitectos y diseñadores que lleva su nombre.
Allí persiguen que sus proyectos hagan crecer la motivación, porque si estás motivado, más aprendes. Segundo, que se potencien habilidades del aprendizaje que se adquieren con el haciendo, de manera activa. El tercero, trabajando con el empoderamiento para que cada individuo busque aprender y en último lugar, tomando no sólo nuestra mente sino también nuestro cuerpo, como figura clave también en el proceso de aprendizaje.
- Cima de la montaña
La situación de Cima de la montaña establece un espacio para que una persona se dirija a un grupo y comparta sus ideas, punto de vista y conocimiento. El orador se encuentra delante de una audiencia y toma el rol de docente.
- Cueva
La situación de Cueva ofrece un espacio para la concentración y reflexión individual. Se caracteriza por la tranquilidad, pero no necesariamente en aislamiento. Los espacios de cueva son pequeños, pensados para uno o dos alumnos lejos de áreas de actividad.
- Corro
La situación de Corro ofrece un espacio para situaciones de grupo. Capacita a los niños a trabajar de manera efectiva en grupos reducidos, concentrarse en el diálogo dentro de cada grupo, y desarrollar sus habilidades colaborativas.
- Manantial
La situación de Manantial saca el máximo provecho de espacios informales y de circulación. Es un espacio en el que la interrupción puede tener lugar, y resultar en ideas inesperadas, sorpresas y conocimiento que inspira y motiva.
- Manos a la obra
Manos a la obra es un principio de diseño esencial que añade una dimensión no verbal al aprendizaje. Ofrece un enlace entre la teoría y la práctica, el cuerpo y la mente, la percepción y el juego. Hace que los aprendizajes sean más relevantes y motivadores.
- ¡Arriba!
El diseño de Arriba integra el movimiento como parte natural de todos los espacios. El movimiento fomenta las habilidades y energiza el proceso de aprendizaje – sea cual sea el tema de estudio.
En 2001 Rosan asumió un gran desafío. Uno de los responsables del departamento de innovación del Ministerio de Economía danés le confesó que el 80% de los proyectos promovidos desde su área eran ineficaces, según consigna El País. Estaban buscando una fórmula para modificar las dinámicas de trabajo y querían hacerlo a través del diseño. “Para cambiar la mentalidad hay que remover los cimientos”, le sugirió ella. Su reto era romper los esquemas de los funcionarios con una planta renovada. Lo consiguió. Los jefes se quedaron sin despachos, todos compartían un espacio sin muros, mobiliario con ruedas y una sala cerrada con las paredes y el techo esféricos destinados al esbozo de ideas. A partir de ese momento le empezaron a llover ofertas de trabajo desde diferentes puntos del país.
«El diseño tiene que relacionarse con el desarrollo personal, de la mente y el cuerpo. No es sólo un instrumento de decoración, sino una herramienta para el cambio”, concluye.
Créditos foto: Estudio Rosan Bosch