En el siglo XXI ha aumentado de forma abismante la esperanza de vida. La cifra es tan alta que ha resultado ser el incremento más elevado en comparación al resto de los milenios anteriores de la historia del hombre. “Gracias al sorprendente avance de la cultura, el desarrollo de la ciencia, la tecnología y los cambios de comportamiento que promueven la salud y el bienestar hemos logrado vivir más años de los que nos imaginábamos”, explica Laura Carstensen, destacada psicóloga y directora del Centro de la Longevidad de Stanford donde se estudia el comportamiento de adultos mayores de todo el mundo.
Las cifras son sorprendentes, y más aún las conclusiones de cientos de estudios que revelan problemas asociados a la vejez: las enfermedades, la pobreza, la pérdida de estatus social, el abandono y la pérdida de los pares y amigos, que hacen sentir cierta desconexión social difícil de sobrellevar.
No obstante, también es cierto que no se trata de una pérdida generalizada de nuestras capacidades. Sabemos que la vejez trae mejoras significativas en muchos ámbitos de la vida: la sabiduría de la madurez, mayores conocimientos y experiencias que aporta mayor criterio en la toma de decisiones, mejora en la capacidad de contención emocional de otros y sintonía con el sufrimiento, mayor empatía, disfrute de aspectos más simples de la vida y capacidad de contemplación que se logra al vivir la vida con menos apremio. Por eso, muchas veces las personas mayores son más felices que el resto.
Esta realidad es sin duda un aporte también al mundo laboral, cuando se percibe la importante oportunidad de capitalizar estas condiciones de los seniors. Es verdad que muchas veces se percibe a los profesionales senior como frenos al desarrollo e innovación, siendo poco atractivos para el mercado laboral, lo que se refleja en mayores tasas de desempleo en las personas sobre 55 años.
No obstante, los profesionales senior se sienten vigentes y con plena sabiduría para entrenar a la gente joven, entregar su experiencia y visión que enriquezca la toma de decisiones y el desarrollo. Su experiencia es un aporte para las siguientes generaciones, que están comenzando su vida laboral o que ya llevan un tiempo en el mercado laboral, siendo importante compartirla y ponerla en valor para la empresa”, explica Paz Vial, Gerente Consultor de Óptima Consultores.
Los beneficios que trae incorporar a Profesionales Senior
La experiencia tanto en el ámbito técnico como emocional, permiten que los profesionales senior puedan orientarnos desde una perspectiva más amplia en la resolución de problemas y toma de decisiones. Esa posibilidad, los ubica en un rol de asesor que enriquece mucho su aporte, formando parte del “consejo de los sabios” que toda institución requiere para consultar situaciones complejas y lograr equilibrios y saberes que miren el largo plazo y no solo los resultados inmediatos.
Si eso se complementa con la innovación y empuje por el desarrollo que poseen las nuevas generaciones, no hay duda que traerá procesos muy potentes y sinergias deseadas para las organizaciones.
Otro elemento clave es su templanza y optimismo. La calma que acompaña el haber vivido crisis en el pasado y tener la perspectiva del tiempo y la historia para evaluar las urgencias y problemas, permite que logren tomar distancia de estas situaciones apremiantes y modulen la ansiedad que estas provocan en los equipos. Son buenos catalizadores del conflicto, filtran los estresores ambientales y manejan adecuadamente las dificultades y crisis de las instituciones, mirándolas con más paciencia y tranquilidad lo que permite mayor reflexión y análisis ante estas situaciones.
Esa mirada sabia de la vida permite oxigenar a su alrededor. Y eso sin duda trae calma y felicidad, permitiendo ver el mundo de una manera más positiva. “En la medida que como sociedad apreciemos más a los profesionales senior y les demos el espacio que se merecen, podremos aprovechar de mejor manera sus virtudes y aportes”, señala Paz Vial.