En Chile la caída en el interés por las carreras de pedagogía está siendo preocupante y ésta parece ser una positiva alternativa de solución. Sin embargo, quienes están en el mundo educativo, tienen una problemática muy anterior que aun no se ha resuelto, como es la calidad de los profesores y su administración en el aula que es el escenario de los aprendizajes que utilizamos hoy.
Si miramos el ejemplo de Finlandia y Singapur, quienes son modelos de calidad educativa, tienen relativamente resuelto los problemas de contar con profesores de alto nivel profesional y una cantidad de ellos suficiente para cubrir las vacantes necesarias en el país. Estos han desarrollado 2 acciones estratégicas que quizás debiéramos observar.
1. Realizan una exhaustiva selección de candidatos para el ingreso a la universidad en carreras docentes (no al postular a un trabajo, sino mucho antes), evaluando la presencia de potenciales competencias en 3 ámbitos: solución de problemas, fuertes capacidades interpersonales y de comunicación y un alto deseo de aprender y motivación por enseñar. Para identificar estas competencias utilizan como indicadores los logros académicos de los postulantes (escogen a los mejores), evalúan sus capacidades de comunicación y observan su motivación por la docencia. Solo un 10 a 15% de los que aplican quedan en la carrera.
2. Una vez titulados como profesores, ya cuentan con una selección de los mejores para el rol desde la universidad y se preocupan de que cuenten con un atractivo salario inicial, con incrementos menores a medida que transcurre la carrera profesional. Como cuentan con profesionales muy competentes para el rol, requieren menos profesores por número de alumnos, lo que significa ahorros significativos en dotación por escuela. La cultura de estos países otorga un elevado estatus a la carrera de profesor, la que se ve potenciada por un nivel de capacitación constante, que enriquece los perfiles y los proyecta como un grupo de profesionales de alto impacto en el desarrollo del país y su gente.
Quizás algo podríamos aprender de esto y empezar por el principio. Escoger a los mejores y que hagan un adecuado calce con el perfil. Las antiguas “pruebas especiales” de arquitectura, psicología, etc. parecen no ser tan inadecuadas en su espíritu, en la medida que comprendemos que educarse es costoso y es muy importante que nuestra formación esté alineada a nuestras capacidades, intereses y aspiraciones en la vida. Quizás sería un aporte incorporar un paso previo al ingreso a la universidad, que implique conocer el perfil de los estudiantes y hacer calce con el rol.
Paz Vial Larrain
Coach Vocacional
Gerente Consultor
OPTIMA CONSULTORES